El Mercado Central de Almería se encuentra situado
en una de las áreas comerciales más activas de la ciudad. Muy cercano a
Puerta Purchena, se enmarca casi en el vértice de confluencia del Paseo de Almería con la Rambla del Obispo Orberá.
El entorno del Mercado se encuentra totalmente peatonalizado y puede accederse al edificio a través de cualquiera de sus cuatro accesos situados en los ejes centrales de las cuatro fachadas.
Además, hay disponible un gran aparcamiento bajo la Rambla del Obispo Orberá, teniendo una de sus entradas justo al lado del Mercado Central.
El entorno del Mercado se encuentra totalmente peatonalizado y puede accederse al edificio a través de cualquiera de sus cuatro accesos situados en los ejes centrales de las cuatro fachadas.
Además, hay disponible un gran aparcamiento bajo la Rambla del Obispo Orberá, teniendo una de sus entradas justo al lado del Mercado Central.
DISTRIBUCIÓN COMERCIAL
A la planta primera se accede directamente desde los cuatro accesos
existentes a través de escaleras o rampas. Este nivel cuenta con dos
tipos de establecimiento: uno perimetral, adosado a los muros de
fachada, de carácter cerrado y otro interior, en forma de isletas, de
carácter abierto. El primer tipo soporta, fundamentalmente, las
especialidades cárnicas y el segundo es ocupado casi en su totalidad por
los puestos de frutas y las hortalizas.
Esta disposición confiere a la sala principal del Mercado una gran transparencia, que la dota de un gran atractivo para el cliente, que desde un primer instante puede percibir la gran oferta comercial existente en la sala y disfrutar, al mismo tiempo, de la riqueza de su espacio interior.
Sobre el centro de la sala se abre un hueco octogonal donde se encuentra una escalera metálica que conecta los dos niveles del edificio.
El nivel inferior, al cual es posible acceder desde la posición de los cuatro accesos mencionados y, por supuesto, desde la escalera central, ofrece una prolongación de la actividad comercial. Sobre la mitad delantera de la planta se sitúan las pescaderías en forma de bancadas divididas por operadores, situándose los restantes establecimientos de diferente especialidad, adosados perimetralmente y prolongándose sobre la otra mitad de la planta en una única calle adosada.
Esta disposición confiere a la sala principal del Mercado una gran transparencia, que la dota de un gran atractivo para el cliente, que desde un primer instante puede percibir la gran oferta comercial existente en la sala y disfrutar, al mismo tiempo, de la riqueza de su espacio interior.
Sobre el centro de la sala se abre un hueco octogonal donde se encuentra una escalera metálica que conecta los dos niveles del edificio.
El nivel inferior, al cual es posible acceder desde la posición de los cuatro accesos mencionados y, por supuesto, desde la escalera central, ofrece una prolongación de la actividad comercial. Sobre la mitad delantera de la planta se sitúan las pescaderías en forma de bancadas divididas por operadores, situándose los restantes establecimientos de diferente especialidad, adosados perimetralmente y prolongándose sobre la otra mitad de la planta en una única calle adosada.
HISTORIA DEL EDIFICIO
El proyecto de construir un edificio destinado a mercado público en
Almería es antiguo, pensándose inicialmente en la construcción de un
mercado en el centro del casco antiguo, protegiendo de esta forma el que
se celebraba en la Plaza de la Constitución a comienzos de la década de
1840.
La aparición en la segunda mitad del siglo XIX de un ensanche burgués a levante de la ciudad, arrinconó los proyectos de construirlo en el casco antiguo, prosperando la idea de situarlo en el área de residencia de la burguesía local.
La aparición en la segunda mitad del siglo XIX de un ensanche burgués a levante de la ciudad, arrinconó los proyectos de construirlo en el casco antiguo, prosperando la idea de situarlo en el área de residencia de la burguesía local.
Fachada principal. Dibujo de la alzada del Mercado de Abastos realizado por Trinidad Cuartara.
Su ubicación era la más idónea, cerca de la
confluencia de los dos ejes viarios más importantes del ensanche
burgués, la calle Obispo Orberá y el Paseo, abierto a éste a través de
una calle que a tal fin se proyectaba (calle Aguilar de Campoo), en cuyo
fondo se situaría la fachada principal.